Alejandro Lapeña. Loading
Tatuajes: efectos sobre nuestra piel y riesgo de complicaciones
Es evidente el "boom" de los tatuajes en nuestra sociedad pero ¿conoces sus riesgos y potenciales complicaciones?

Los tatuajes son expresiones artísticas permanentes en la piel que han cautivado a la humanidad a lo largo de la historia. En las últimas décadas, los tatuajes han ganado una gran popularidad en todo el mundo, especialmente entre los jóvenes y adultos convirtiendose en símbolos de autenticidad y autoexpresión; Se estima que el 38% de la población mundial lleva algún tatuaje en su cuerpo siendo España el sexto país del mundo con más adeptos a esta moda.

Sin embargo, ¿la población es cosciente de los riesgos y complicaciones que conlleva un tatuaje?. Evidentemente no, además en muchas ocasiones exite una falta de información sobre la técnica, tintes empleados así como falta de medidas higiénicas y antisépticas que puede favorecer la aparición de multiples complicaciones.

De esta manera, un tatuaje consiste en la introducción de un pigmento exógeno insoluble en la capa media de la piel, también conocida como dermis. Se considera una agresión para nuestra piel, es decir, se pierde la función barrera frente agentes externos; En los primeros días tras el procedimiento se produce una inflamación local y edema cutáneo secundarios a las múltiples inyecciones de tinta en la zona siendo los efectos de la tinta a largo plazo en muchas ocasiones desconocidos.

Como todo procedimiento, llevar a cabo un tatuaje tiene riesgo de complicaciones como infecciones (bacterianas, víricas, fúngicas o por microorganismos atípicos), reacciones locales al pigmento (especialmente ante el uso de tintas rojas por su composición en mercurio o cadmio), reacciones inmunológicas de tipo alérgico exacerbación de enfermedades cutáneas como psoriasis o liquen plano. Sin embargo, el más temido de todos ellos es la aparición de cáncer cutáneo sobre la zona tatuada no sólo por su gravedad sino por el retraso diagnóstico que conlleva.

Recientemente se ha publicado un estudio donde se postulaba que la inyección de la tinta de tatuaje en la piel favorecía una mayor tolerancia al estrés inmunológico sirviendo como “entrenamiento” para futuras respuestas inmunitarias ante agentes externos. No obstante, existe mucha controversia sobre el tema, se necesitan más estudios científicos y a día de hoy los cuadros cutáneos secundarios a complicaciones por tatuajes superan con creces a este estudio aislado.

Existen otras precauciones a tener en cuenta como llevar a cabo un tatuajes en la zona lumbar y la necesidad futura de anestesia epidural ya que puede producir depósitos de pigmento en el espacio subaracnoideo o epidural (aquel que rodea la médula espinal) y desencadenar infecciones graves en el sistema nervioso. Los anestesistas en su práctica diaria siempre intentan evitar la zona tatuada buscando una zona de piel libre de pigmento. No obstante, en tatuajes muy extensos y densos en zona lumbar se puede hacer una muesca o incisión en la piel hasta la grasa o incluso recurrir a una anestesia general

Por otro lado, se ha postulado que el empleo de tintas con partículas de metal o pigmentos inorgánicos con propiedades ferromagnéticas pueden originar riesgo de quemaduras cutáneas cuando un paciente se somete a una resonancia magnética sin embargo a día de hoy no se ha descrito ningún caso, sólamente sensación de dolor y ardor en la zona tatuada durante la realización de la prueba. Por tanto, el tener tatuajes no es una contraindicación para someterse a una RMI

Por todos estos argumentos, los dermatólogos no recomendamos la realización de tatuajes por los riesgos que conlleva para nuestra piel al considerarse una agresión de gran calibre para el tegumento cutáneo.